No existes

A menudo creo que no existes y que me encuentro vagando por vericuetos de mi mente, digo vericuetos por los estrecho y difícil de andar claro, digo que no existes porque aun no recuerdo tu voz, digo que no existes porque tal ves te invente un nombre y te asocie a la imagen de un chico del metro con el que me he topado un par de veces... pero no, porque también tengo tu risa grabada en mi caja de recuerdos aun vacía y hay algo en mi piel que me dice que por aquí haz andado, el calor de tus brazos en mi cintura, el rastro de tus manos en mis mejillas... A menudo creo que no existes y tus recuerdos no son más que una ilusión mental que se coló en mi cabeza debido a una mala conexión neuronal. Que estás por llegar y sin embargo ya habitas como un murmullo en los vericuetos de mi mente. Estas, debo convencerme de ello, aunque a veces dude y recurra a mi registro de llamadas y a mi buzón de mensajes para recordármelo. Tal ves esto sea un salto en el tiempo, en el espacio, en el universo paralelo que abrió sus puertas por descuido y, yo, curiosa, atravesé sin pensar en las consecuencias. ¿Que consecuencias? estas: ahora estoy aquí, escribiéndote, queriéndote, sintiéndote, anhelándote, agradeciendo hasta a el avión que aterrizo en el aeropuerto de esta ciudad y no en otra lejana. Y en esta habitación el eco de tu voz resuena con te quieros que todavía no me has pronunciado en la vida real. Si es que la hay... Porque cada día cuesta más saber qué lo es y qué no. Saber si estas o tan solo quiero que estés... de eso tengo certeza y creo que ya te lo he dicho... Te quiero aquí, ahora, como ayer, como siempre, pero mañana. Desde y hasta mañana. No te vayas, que aun no te encuentro.

Comentarios

Entradas populares