Hay días en los que siento que sigues aquí.
Despierto con la idea de que conversamos, de que nos miramos, de que parte de ti volvió a estar a mi lado.
Y me detengo, me doy cuenta de que no es cierto:
Lo soñé, eso jamas existió, una invención mas de mi mente.

Aunque tengo otra teoría mas hermosa aún: Pienso que estas lejos pensando en mi, recordándome, contándome lo que piensas, lo que sientes, tal como yo lo hago.

Me gusta pensarte en las mañanas, cuando voy en la micro camino al trabajo, te cuento que ha ocurrido en mi vida mientras recorro detalladamente el paisaje de la ciudad, buscando rastro de ti y me pregunto donde estarás.

Me imagino que en alguna de las calles de Santiago nos encontraremos y huiremos como esa tarde de verano cuando borrachos recorrimos la Alameda, cuando me miraste a los ojos y me dijiste que nadie te conocía como yo, cuando tomaste mi cuello y acercaste tu boca a mi.

Y por las tardes de vuelta a casa cuando ya ha oscurecido y hace frío me baja la nostalgia, camino nuestras calles y recorro nuestros besos, cada palabra y cada suspiro. Y entiendo por que no estas, tomo aire y vuelvo a explicarle a mi corazón testarudo que ya no estás.

Te has ido porque yo quise jugar, porque la vida así lo quiso y porque tu orgullo y cobardía fueron mas grandes.
Te has ido sabiendo que volverás.

Comentarios

Entradas populares