Matias

La primera advertencia que me hicieron esa noche: 'no te fijes en él, tiene novia y trae puros problemas...' eso bastó para alimentar mi curiosidad, me dejé seducir por su poder de atracción, por su liderazgo, por su avasalladora personalidad. Probé tímidamente sus labios y descubrí que ese sería uno de esos amores que matan, yo tenía recién 13 años... rumbo a los 14, siempre una niña adelantada en las cosas de la vida, yo quería probar de ese fuego.

Caminaba por fuera de su casa para que me viera pasar, guapa, fresca y sin intención alguna de acercarme, aunque el deseo me carcomiera... él era el hombre para mi, tenía poder, inteligencia y encanto, no necesitaba más. Se llamaba Matias, jamás nadie más llevará ese nombre, para mi, siempre será el único. Le gustaba molestar a las chicas, invitar a sus amigos a su casa, ser el lider del grupo, encontrar defectos en el resto y ser eternamente considerado conmigo. Jugábamos a no hablar de lo que sucedía, mirarnos de lejos, regalarme flores, siempre el asiento vacío era para mi... podían haber miles, pero la reina era yo: Este es uno de esos amores, que nos hace creer que no había nada mejor que él y yo, que eramos únicos e inalcanzables.

Hasta que el amor se consolidó, lo amé sin miedo y sin decírselo a nadie, no era necesario, hoy... años después, confirmo como todos sabían que lo nuestro era amor. Llegaba a su casa y quien estuviera sabía que era momento de partir, él era el chico rebelde apuntado por mi familia, el encantador chico digno de una novela, decía que le hacía falta una moto para ser un perfecto rude boy, pero que el día que se la comprara moriría... amaba por sobre todo, la adrenalina.

Las circunstancias, la familia, su desobediencia y mi cobardía hicieron que de esto acabara una vieja historia, de añoranzas y amores callados. De encuentros y desencuentros, cuando al fin se decidió a formalizar nuestra relación, yo simplemente me negué, ya era demasiado tarde. Años después me confesaría que la única mujer que realmente le ha importado en su vida le dijo que no.

Como son las vueltas de la vida, te esperé mucho querido, 6 años no pasan en vano, ayer al verte noté en tus ojos, en tu emoción que mientras estemos juntos, siempre seremos ese par de niños que jugaban a encontrarse en la coincidencia de las calles, torpe destino, te volverá a poner en mi camino.

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