Podría volver a dar cada paso, uno a uno hacia atrás:
Recuerdo las lágrimas que derramé al reprocharle a la vida en lo que nos convirtió. La noticia distante del por qué, los susurros que me arañaron los sueños y el corazón. Tus últimas palabras, tu último silencio.
Un eterno sueño en tierras lejanas, mar, arena y risas; calor y sudor entre miedos y sorpresas. Yo quisiera estar allí.
Recuerdo mi adiós que fue el comienzo, la puerta que al cerrar dejé entreabierta para que te escabulleras cada noche hasta el amanecer. Y para comenzar cada día sabiendo que estabas allí.
Mi cuarto aún guarda la tensión de aquella mañana y la libera a veces para traerme a casa el recuerdo:
nuestros labios al límite de un respiro, larga espera que parecía nunca acabar, un solo paso y ya todo estaba dicho; La convergencia de tantas historias, de eternas miradas, de deseos reprimidos y nunca declarados, ya no habría vuelta atrás...
Recuerdo la ropa que llevabas la noche que te conocí, que me mirabas de lejos en silencio y yo creí amarte desde aquel entonces... Perdona si nunca tuve la valentía de decírtelo.
Apenas averigüe tu nombre quise acercarme a ti, llegar a tu vida, robármela toda y así lo hice.
Oleada de calor que nos embriagó, que nos instó a huir y a amarnos en cada esquina sin importar las consecuencias.
Se que hasta hoy existe una historia de nunca acabar, hasta entonces, nos vemos en el camino.
Recuerdo las lágrimas que derramé al reprocharle a la vida en lo que nos convirtió. La noticia distante del por qué, los susurros que me arañaron los sueños y el corazón. Tus últimas palabras, tu último silencio.
Un eterno sueño en tierras lejanas, mar, arena y risas; calor y sudor entre miedos y sorpresas. Yo quisiera estar allí.
Recuerdo mi adiós que fue el comienzo, la puerta que al cerrar dejé entreabierta para que te escabulleras cada noche hasta el amanecer. Y para comenzar cada día sabiendo que estabas allí.
Mi cuarto aún guarda la tensión de aquella mañana y la libera a veces para traerme a casa el recuerdo:
nuestros labios al límite de un respiro, larga espera que parecía nunca acabar, un solo paso y ya todo estaba dicho; La convergencia de tantas historias, de eternas miradas, de deseos reprimidos y nunca declarados, ya no habría vuelta atrás...
Recuerdo la ropa que llevabas la noche que te conocí, que me mirabas de lejos en silencio y yo creí amarte desde aquel entonces... Perdona si nunca tuve la valentía de decírtelo.
Apenas averigüe tu nombre quise acercarme a ti, llegar a tu vida, robármela toda y así lo hice.
Oleada de calor que nos embriagó, que nos instó a huir y a amarnos en cada esquina sin importar las consecuencias.
Se que hasta hoy existe una historia de nunca acabar, hasta entonces, nos vemos en el camino.
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